BIENAVENTURADOS EN CRISTO

Padre Santo y Señor Todopoderoso, se acerca un nuevo año para esta tierra que nos vio nacer. Desde la distancia, con el corazón oprimido y agobiados por la impotencia, recurrimos a Ti Señor. Buscamos palabras para interceder por nuestro pueblo y en medio de la angustia hacemos la misma petición que los Apóstoles le hicieron a Tu Hijo: “Señor, enséñanos a orar” . 

Muchas personas se perdieron la primera Navidad:

Como tantos otros años, e incluso sin tener la intención de ello, la euforia propia de estos días nos envuelve.

“BENDITO SEA EL SEÑOR, DIOS DE ISRAEL, porque ha venido a redimir a su pueblo.

El 20 de Agosto del 2017, publicamos “ El Señor es mi Pastor” tomando como referencia el Salmo 23. Aun cuando en nuestro corazón albergábamos la tranquilidad y paz que nos da el reconocer que El Señor es nuestro pastor, proveedor y protector, nunca nos imaginamos que estaríamos a solo unos pocos días de experimentar y afirmar esa gran verdad.

En las próximas semanas estaremos tocando un tema que debemos tener muy claro como hombres del Reino, y es lo que significa e implica ser cabeza de nuestro hogar. Sin embargo, antes de profundizar en el asunto, es necesario definir la hombría y como esta debe estar alineada con los principios bíblicos.

Deuteronomio 6:4-7 “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Durante los últimos días han estado pasando muchas cosas a nuestro alrededor que nos han sacudido, entristecido y dado razones para reflexionar. En tiempos de alegría, nos regocijamos y buscamos alabar y agradecer a nuestro Padre Celestial... en momentos de tristeza, nos acercamos ante Su presencia y volcamos nuestras angustias, temores y dudas. Sin profundizar en las circunstancias, esta es parte de nuestras reflexiones.

En múltiples ocasiones hemos escuchado expresiones bíblicas que nos impulsan como cristianos a buscar el perdón entre nosotros: Debemos perdonar, «Como Dios también nos perdonó en Cristo» y «de la manera que Cristo nos perdonó.»

En nuestra entrega anterior titulada   “¿INTEGRIDAD?...es que ¡TODO EL MUNDO LO HACE!”, mencionamos que  la integridad no es acerca de perfección o apariencia sino de autenticidad. Q uizás te estés preguntando: ¿Qué necesito hacer o cambiar en mi vida para ser una persona íntegra bajo los estándares de Dios?

Vivimos en un mundo donde los principios y valores se han trastocado y diluido tanto que la confianza entre unos y otros está desapareciendo.

El Señor jamás nos dijo que viviríamos en un mundo sin problemas, al contrario fue muy claro al decirnos:

Hermanos tenemos una enorme responsabilidad y debemos entender su importancia, trascendencia e impacto.

Actualmente muchos hombres han crecido con un concepto errado de lo que significa la hombría. Ser hombre es mucho más que una partida de nacimiento que te identifica como varón.

Hoy  quiero comentarles de un personaje bíblico que pasó 40 años creyendo que era alguien, 40 años aprendiendo que no era nadie y 40 años descubriendo lo que Dios puede hacer con alguien que sabe que no es nadie... Me refiero a Moisés, el patriarca.

En la madrugada del 26 de Febrero de 1852 el navío de la armada británica "HMS Birkenhead " que había zarpado de Sudáfrica con 642 personas a bordo, chocó con una roca cerca del lugar conocido como "Punto peligroso" aproximadamente a 5 kms de la costa.

De acuerdo a lo que hemos desarrollado en las  ultimas dos entregas, sabemos que fuimos creados para la grandeza y que esta debe ser enfocada no para nuestro beneficio o relevancia personal sino para el bien mayor.

Como vimos en la entrega anterior, Dios quiere que seamos grandes.