¿INTEGRIDAD?...es que ¡TODO EL MUNDO LO HACE!


Vivimos en un mundo donde los principios y valores se han trastocado y diluido tanto que la confianza entre unos y otros está desapareciendo.
Hoy por hoy, la integridad se ha convertido en un activo escaso y muy preciado, tanto en el mercado laboral, como en cualquiera área donde exista la interacción humana. Así como un empleador busca personas confiables y honestas para apoyar su gestión, la juventud está sedienta de modelos a seguir, de allí que aquellas personas que desempeñamos roles de liderazgo debemos asumir nuestra responsabilidad de servirles como patrón de vida y no como piedra de tropiezo que los haga caer en el foso.

Pero, ¿Qué es integridad?, ¿Qué significa ser una persona íntegra?

Integridad deriva del adjetivo integer, que significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal. La palabra se compone del vocablo in-, que significa no, y otro término de la misma raíz del verbo tangere, que significa tocar o alcanzar, por lo tanto, la integridad es la pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, ya sea físico o moral. La Real Academia Española, define el ser íntegro como una persona: "Recta, proba, intachable". Esta persona es leal, honesta, disciplinada, responsable, tiene control emocional, tiene respeto por sí misma y por los demás. Cuando hablo de ser íntegros, me refiero simplemente a que nuestros pensamientos de bien y nuestras acciones sean coherentes. Que lo que pensemos y hablemos coordinen con lo que hacemos. En general, una persona íntegra es digna de confianza.

Como dije, vivimos en un mundo donde constantemente estamos expuestos a tentaciones, y la conducta íntegra es desplazada por estándares de “conveniencia”, con el agravante de que tenemos a nuestro alcance una abundancia de justificaciones para explicar nuestra falta de integridad. Una frase muy común es: "¿Por qué no lo puedo hacer..Si, todo el mundo lo hace?" Es por ello que la integridad, es tan rara y valiosa actualmente.

Es importante establecer una diferencia entre lo que significa integridad y reputación. Como expresé, una persona íntegra es aquella que es digna de confiar, es una actitud interior, es un compromiso entre el pensamiento y la acción. La reputación de una persona, está más relacionada con lo que otros piensan de ella. La Real Academia Española define la reputación como: "Opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo" - "Prestigio o estima en que son tenidos alguien o algo".

Analizando y comparando estos dos conceptos podemos concluir que la integridad va mucho más allá que nuestra reputación, de lo que reflejamos a los demás. La integridad define nuestro carácter y quien realmente somos. Define nuestras decisiones y acciones cuando nadie nos ve. Esta requiere de una misma actitud en distintas circunstancias, de un mismo comportamiento tanto en privado como en público. La Integridad demanda compromiso, carácter y determinación. No es hacer lo que nos agrada o "conviene", sino hacer lo que es correcto.

Me imagino que, por lo anterior, muchos estarán pensando, "no hay nadie perfecto." Quiero acotar que la integridad no es acerca de perfección o apariencia sino de autenticidad. Para nosotros, los creyentes, una persona íntegra, cuando no hace lo correcto, lo admite, lo resuelve, busca el perdón con una actitud de genuino arrepentimiento y continúa su camino con la convicción de que por la Gracia de Dios, no cometerá ese error nuevamente.

Si en una sociedad donde el tomar ventaja de otros, hacer negocios sucios, mentir, el libertinaje, la “conveniencia”, etc. es lo "normal" y "la moda", te comportas con honradez, rectitud, ecuanimidad, moralidad, honestidad, decencia, lealtad - es decir, con integridad -, evidentemente serás lo extraordinario. De hecho, cuanto más decadente sea esa sociedad, las personas notarán más la diferencia y más evidentes se verán tus cualidades. Es necesario que el mundo perciba el contraste, ese es nuestro testimonio, que en ocasiones impacta más que una prédica.

Recuerda que,

"Dios no te salvó para que fueras como todo el mundo.
Te salvó para que fueras EXTRAORDINARIO"
Tony Evans

Te preguntarás, como yo lo hice,… ¿Y cómo puedo ser una persona íntegra?, Como pasa con todo lo esencial para vivir agradando a Dios, la respuesta la encontré en la Palabra que nos da vida, la carta de amor y guía que nos dejó nuestro Padre Celestial:

Salmos 15

Señor, ¿quién puede vivir en tu templo?
¿Quién puede habitar en tu santo monte?
  • El que vive rectamente y practica la justicia, el que es sincero consigo mismo,
  • El que no calumnia con la lengua, ni perjudica a sus amigos, ni procura el mal de su vecino;
  • El que desprecia al que Dios desprecia, pero honra al que da honra a Dios;
  • El que cumple sus promesas aunque salga perjudicado.
  • El que no presta dinero con interés, ni acepta soborno en contra del inocente.
  • El que así vive, jamás caerá.

Finalmente debemos buscar vivir una vida íntegra, no para cumplir reglas de lo que debemos o no hacer, no para completar una lista de chequeo de buenas obras para alcanzar el cielo, no para aparentar a los demás que somos “buenas personas”. Busquemos ser íntegros para honrar y agradar a quien dejó su trono y lo cambió por una cruz, quien dejó su corona de oro y la cambió por una de espinas, quien nos salvó solo por amor, aun cuando éramos pecadores. En fin, debemos hacerlo buscando cumplir la voluntad de nuestro Padre Celestial en nuestras vidas.

Desafortunadamente la integridad ha desaparecido de la escuelas, gobiernos, corporaciones, calle y más grave aún de los hogares. De allí la urgencia de revivirla desde el núcleo de la sociedad, la familia. Esa es nuestra tarea como padres, como modelos de las generaciones de relevo que impactarán positivamente el futuro de nuestra descendencia.

La Biblia contiene muchos versículos acerca de la integridad. En las próximas semanas desarrollaremos este tema con más profundidad...

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