ALINEÁNDONOS CON EL MODELO PERFECTO
Hermanos tenemos una enorme responsabilidad y debemos entender su importancia, trascendencia e impacto.
Somos representantes de Dios en la tierra. Sin embargo cuando no nos alineamos debidamente bajo SU cobertura y guía, Su poder, presencia y autoridad, volcadas en nosotros, quedan comprometidas o se pierden.
Somos representantes de Dios en la tierra. Sin embargo cuando no nos alineamos debidamente bajo SU cobertura y guía, Su poder, presencia y autoridad, volcadas en nosotros, quedan comprometidas o se pierden.
"Ahora bien, quiero que entiendan que
Cristo es cabeza de todo hombre,
mientras que el hombre es cabeza de la mujer y
Dios es cabeza de Cristo".
1 Corintios 11:3
Muchos hombres confunden este concepto bíblico por desconocimiento, confusión o simplemente conveniencia y han abusado con frecuencia, explotando cruelmente a sus congéneres, entre ellos mujeres y niños. Ser cabeza no es una licencia para la tiranía. La existencia de un cabeza es una amorosa disposición bíblica que no justifica en ningún caso una posición dictatorial en ningún tipo de relación.
En 1 Corintios 11:3, Pablo se dirige a los hombres cristianos cuando señala: "la cabeza de todo hombre es Cristo". Por lo tanto, todo hombre cristiano tiene una cabeza: Cristo. Él nos cubre, nos sostiene, nos guía y es a quien debemos rendir cuentas. Ningún hombre cristiano es autónomo. Cuando aprendemos a sujetar nuestra condición de hombres al Señorío de Jesucristo, comenzamos a poner en práctica los principios básicos de la hombría desde una perspectiva divina.
Es importante entender lo que significa ser cabeza bajo los parámetros determinados por Dios. Las preguntas automáticamente saltan:
Pero...
• ¿Cuál es el significado de ser la cabeza de la familia bajo el contexto bíblico?,
• ¿Qué modelo de liderazgo debemos seguir?.
Para responder a la primera interrogante,
- Debemos entender que El hombre NO es el rey del hogar. Es Cristo quien tiene que ser el Rey y nosotros los líderes delegados bajo la cobertura de Cristo.
- Debemos dar el ejemplo. De esta manera seremos seguidos debido a nuestro ejemplo de vida correcta según la Biblia.
- Debemos ser servidores. El líder no está para recibir beneficios sino para servir a quienes están bajo su cuidado. Aun cuando el servicio más obvio del hombre es proveer para su hogar, no solo somos responsables de lo material sino también de sentar las bases para el crecimiento espiritual de quienes están bajo nuestro cuidado.
- Debemos ser dignos de confianza. Un buen líder cultiva una confianza mutua. Nosotros estamos bajo Cristo, y Él requiere que cumplamos con nuestras esposas o seres queridos, tal y como Él cumple con nosotros.
- Debemos inspirar y animar. Como líderes conozcamos a quienes están bajo nuestro cuidado. Tengamos en cuenta que pueden sufrir el mismo cansancio que experimentamos, seamos pacientes, reconozcamos sus esfuerzos y siempre estemos allí para alentarnos en este largo camino.
- Debemos ser justos y no tiranos. Se que es difícil pues somos humanos y cometemos errores constantemente, de allí la importancia de mantenernos en oración y buscando guía en la Palabra de Dios.
- Debemos señalar el camino correcto. Siempre atentos, dirigiendo nuestra familia bajo los principios divinos. Siempre listos para revisarnos a nosotros mismos y corregir a nuestros seres queridos con autoridad pero en amor.
La respuesta a la última pregunta es sencilla y nos lo ratifica La Escritura,
- Debemos seguir el modelo de Jesucristo.
Señores, somos los sacerdotes de nuestro hogar. Como tal es nuestra responsabilidad estar preparados para guiar a nuestras esposas, hijos, familiares en las dudas espirituales que puedan tener. Somos la cabeza espiritual de nuestro hogar, pastores de nuestras esposas e hijos.
Un componente primordial de ser pastor/sacerdote es pensar en lo que necesitan las personas bajo su cuidado para crecer espiritualmente y asegurarse de proveer todo lo necesario para que maduren en la fe. Esto se traduce en guiar, discipular constantemente, mediar, aconsejar (escuchando con empatía y sabiduría), supervisar y proteger.
Ser cabeza no tiene que ver con la esencia o con la existencia,
tiene que ver con la función que cumplimos en ese rol.
Así como el Pastor de la Iglesia tiene que tomar seriamente su rol y sus responsabilidades, nosotros, como sacerdotes de nuestros hogares y hombres del Reino, debemos crear un ambiente en el que nuestras esposas, hijos y aquellos que Dios ha dispuesto en nuestro camino, busquen nuestro liderazgo y cobertura espiritual.
Hombres del Reino debemos buscar constantemente la guía de nuestros Señor
y más importante aún caminar lo que aprendemos de Su Palabra.
Cuando su pareja lo escuche decir "Yo me ocupo"
y vea que sus acciones respaldan sus palabras y estas están alineadas con Dios,
ella lo seguirá. (Tony Evans)
ella lo seguirá. (Tony Evans)
Cuando el entorno donde se desenvuelve vea
que sus palabras son coherentes con sus acciones,
estos seguirán su ejemplo y liderazgo
y de esta manera podrá expandir el Reino para la Gloria de Dios. (Tony Evans)
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