LA DISTORSIÓN DE LA CULTURA DE LA AUTOESTIMA.
Esta distorsión dice “Eres una persona maravillosa y mereces un Salvador que pueda resolverte todos tus problemas”
El concepto de autoestima (percepción evaluativa de nosotros mismos) ha infiltrado las iglesias, particularmente los ministerios de mujeres. Si hiciéramos un inventario de los estudios bíblicos dirigidos a mujeres que están disponibles en el mercado, encontraremos muchas tácticas de auto ayuda que nos hacen sentir bien y una ausencia sorprendente de doctrina sobre el pecado, porque el pecado no nos hace sentir bien, así es que se enmascara el pecado con términos como inseguridad y auto imagen negativa, entre otros… el grave problema con esto es que cuando minimizamos el pecado, se pierde el evangelio… dicho de otro modo, si no hay mala noticia (pecado) la buena noticia (evangelio) no es tan buena después de todo…
La Palabra nos dice de muchas formas que todo el bien que experimentamos es el resultado de la gracia de Dios, es decir, de Su favor sobre nosotros que precisamente no merecemos.
“Porque la paga del pecado es muerte,
pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 6:23
“aun cuando estábamos muertos en (a causa de) nuestros delitos,
nos dio vida juntamente con Cristo ( por gracia ustedes han sido salvados),”
Efesios 2:5
Entonces, eso de que nos merecemos el rescate porque somos maravillosos es un concepto opuesto a la GRACIA DE DIOS, que es justamente un regalo que no merecemos, que nos fue dado cuando merecíamos más bien la muerte...
Veamos lo que Jesús mismo nos dice al respecto en esta parábola conocida como ’la parábola del fariseo y el publicano’:
“Dijo también Jesús esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y despreciaban a los demás: "Dos hombres subieron al templo a orar; uno era Fariseo y el otro recaudador de impuestos. El Fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: 'Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.' Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: 'Dios, ten piedad de mí, pecador.' Les digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido."
Lucas 18:9-14
Así queda desmantelada la distorsión
de la cultura de la autoestima.
de la cultura de la autoestima.
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