LA DISTORSION DE LA CULTURA DE LA “BUENA PERSONA”


Una de las distorsiones del evangelio más comunes es la cultura de la “Buena Persona”.

Esta distorsión dice “Todos nosotros somos básicamente buenas personas. Cometemos errores y hacemos desastres, pero es que nadie es perfecto… en el fondo, todos somos buenas personas.”

Esta declaración es además de errónea, peligrosa. Tenemos que recordar que ignorar al pecado no lo hace desaparecer. Nos guste o no, estemos de acuerdo o no, creamos o no, todos compareceremos ante Dios y le rendiremos cuentas, y aunque a nuestro orgullo no le agrade la idea, el pecado es real y nosotros necesitamos ser rescatados de su poder. De acuerdo con el estándar de Dios, no hay ninguno bueno, ni siquiera uno.

La Palabra de Dios es muy clara al respecto:

“Pero todos se han desviado, a una se han corrompido; 
No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno."
Salmos 14:3

“por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.” 
Romanos 3:23

Por si aún te encuentras dudando y batallando con esta distorsión, observa lo que el mismo Jesús le contesta al joven que vino ante él para preguntarle acerca de cómo heredar la vida eterna:

“Cierto dirigente le preguntó: —Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? ¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino solo Dios.” 
Lucas 18:18-19

Así queda desmantelada la distorsión 
de la cultura de la “buena persona”.

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