LA CONFESIÓN DE...
En el Evangelio según Mateo nos cruzamos con un
episodio de mucha trascendencia para nosotros cristianos. En este pasaje bíblico Jesús cuestiona a sus discípulos
en relación a su identidad:
“Cuando llegó a la
región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
¿Quién dice la
gente que es el Hijo del hombre?
Le respondieron: —Unos
dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de
los profetas. —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo, el Hijo
del Dios viviente —afirmó Simón Pedro. —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le
dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está
en el cielo…Luego les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era
el Cristo”
La respuesta de los discípulos
de Jesús fue rápida y basada en lo que habían escuchado entre sus conocidos,
personas que con frecuencia compartían con ellos y opinaban en relación a este Jesús.
Jesús los escuchó e
inmediatamente les hizo la pregunta directa a cada uno de ellos:
Y ustedes, ¿quién
dicen que soy yo?
Esta fue una pregunta de suma importancia en aquel
momento, y ahora es de crucial trascendencia para aquellos que nos llamamos
cristianos o seguidores de Cristo. Es una pregunta de profunda reflexión!
Una de las cosas que llama la atención en este relato es que,
aun cuando los discípulos habían convivido y caminado al lado de Jesús escuchando sus enseñanzas y habiendo sido además testigos de sus milagros, aún no tenían una idea muy clara
de quién realmente era ÉL.
Esto nos sucede hoy en día a muchos de quienes nos hacemos llamar cristianos, es decir, nos
identificamos como seguidores de Jesús, pero no lo conocemos realmente, no sabemos
realmente quién es, ni por qué lo seguimos. Tenemos un conocimiento muy
superficial de su vida, recordamos algunas de sus palabras, y podemos referir
algunos de sus milagros, pero no conocemos su carácter, no hemos llegado a la esencia
de su mensaje, no somos capaces de experimentarlo, de sentir su presencia
constante a nuestro lado, de vivir plenamente para ÉL.
La pregunta
de Jesús a sus discípulos está vigente y es aún más oportuna para nosotros hoy.
·
“¿Quién dices tú que soy yo?”
·
¿Quién soy para ti…?
·
¿Qué lugar ocupo en tu vida…?
Deseo que
en este año que se inicia, estas preguntas te motiven e impulsen a buscarlo y
conocerlo en Su Palabra y establezcas una relación directa y sincera con tu Padre Celestial.
Dios le
reveló a Pedro que aquel hombre que estaba con ellos era Su Hijo Amado. En este
pasaje vimos a un Dios que no tomó en cuenta ni posición social, ni conocimiento, títulos, o posesiones
del ser humano, sino que miró directamente al corazón de Pedro y sus sinceros deseos de
conocerlo y acercarse más a Él, y de esta manera le reveló un gran secreto y le
dio grandes tareas.
Como dije,
la pregunta de Jesús está aún vigente y esta dirigida directamente a ti:
“¿QUIÉN DICES TÚ QUE SOY YO?”
… ¿Cuál será
TU CONFESIÓN?
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