DOS CAMINOS, UNA SABIA DECISION.
Salmos 1
“Bienaventurado el
hombre
que no anda en
compañía de malvados,
ni se detiene a hablar
con pecadores,ni se sienta a conversar con blasfemos.
Que, por el contrario,
se deleita en la ley
del Señor,
y día y noche medita
en ella.
Ese hombre es como un
árbol plantado junto a los
arroyos:
llegado el momento da
su fruto,y sus hojas no se marchitan.
¡En todo lo que hace, prospera.
Con los malvados no
pasa lo mismo;
¡son como el tamo que
se lleva el viento!
Por eso los malvados y
pecadores
no tienen arte ni
parte en el juicioni en las reuniones de los justos.
El Señor conoce el
camino de los justos,
pero la senda de los
malos termina mal.”
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