DIOS, DÓNDE ESTÁS? - PARTE 1
Muchos
estábamos - y otros aún están- con un vacío en nuestras vidas que no
entendíamos y que no sabíamos
cómo llenar...
en una búsqueda constante de respuestas. En el fondo, esto es la necesidad que tiene la criatura de encontrarse con su Creador.
en una búsqueda constante de respuestas. En el fondo, esto es la necesidad que tiene la criatura de encontrarse con su Creador.
Dentro de
nosotros surge la pregunta: Dios, ¿Cómo te puedo encontrar?
Si este es
tu caso, lo primero que quiero que sepas es que no eres el único que anda en
esa búsqueda. El ser humano en todas las épocas se ha preguntado acerca de Dios. Hace más de dos mil años un joven rico
llegó ante Jesús y le preguntó, "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la
vida eterna?". Cuando el apóstol Pedro predicó en el día de Pentecostés,
la gente preguntó, "¿cómo podemos encontrar a Dios?". Esa misma
inquietud está presente hoy en día y representa el anhelo del hombre para
encontrarse con Dios y Su amor. Nuestro corazón estará inquieto hasta que
hallemos descanso en Él. Jesús mismo nos dice: "Vengan a mí todos ustedes
que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” Mateo 11:28
Cuando
entendemos que somos hechos por Él y para Él, comprendemos mejor nuestra
necesidad de Dios. Somos hechos conforme a Su imagen y semejanza (Génesis
1:26). Somos cuerpo, alma y espíritu. Este espíritu ansia estar en armonía con
su Creador. El mismo rey David cuando encontró a Dios, expresó su gozo al
decir, "Nada me faltará" (Salmos 23:1). El conoció la paz que hay
únicamente cuando la criatura y el Creador se han encontrado.
Aunque no
lo veas, ni lo entiendas, ni lo encuentres, Dios es real. Él era, es y siempre
ha de ser. ¡Sí hay Dios! Nunca lo dudes.
Para encontrar a Dios, es preciso que creas firmemente que El existe y que
tengas la confianza que te ama.
Pero...¿Dónde
está Dios?...
¡Él está en
todo y en todas partes! Dios no está contenido en un cielo lejano fuera de
nuestro alcance, ni tampoco está confinado en un cofre en las iglesias, o
limitado en las sinagogas o los templos. Lo puedes encontrar en la calle, el
trabajo, en el aire, en el mar, o en el cuarto más recóndito de tu hogar. En
este mismo momento, Él te rodea.
Jacob, un
hombre de Dios, dijo, "En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no
me había dado cuenta.” (Génesis 28:16). Muchas veces estamos tan preocupados y
enfocados en las cosas mundanas de esta vida que aunque El ande cerca de
nosotros, "No lo sabemos". Esperamos un encuentro dramático o
milagroso con Él y por eso no lo reconocemos cuando nos susurra al oído o
cuando nos habla interiormente. Tenemos que detenernos, mirar y escuchar con
atención; luego con fe veremos, oiremos y entenderemos. La realidad es que no
necesitas buscar a Dios. Él no se ha escondido de ti, al contrario, EL te
busca.
¿Te sientes
vacío, inquieto, culpable, o quizás perdido?
Esto es el
llamamiento de Dios a ti porque no quiere que tú estés perdido. Tal vez éste
será tu primer llamamiento, o puede ser tu último.
"Si
oyen hoy su voz, no endurezcan su
corazón" (Salmo 95:7-8).
Mañana continuaremos
ahondado en este tema...
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta pagina.