RHR 8 - PROMETO TRABAJAR CON DILIGENCIA
Para Adán, trabajar la tierra significaba hacerla producir, desarrollar su potencial. De la productividad de esta tierra, Adán tendría lo necesario para proveer a aquellos bajo su cuidado.
Para nosotros, hoy en día, trabajar la tierra representa proveer para nuestras familias o personas bajo nuestro cuidado, no solo en el aspecto económico, sino en el emocional y el espiritual, así como fomentar estabilidad familiar. Nuestro rol va más allá de ser simples proveedores, estamos llamados a facilitar las condiciones para que las personas bajo nuestra influencia alcancen todo aquello para lo cual Dios los creó.
Somos proveedores - así es - y esa es nuestra principal responsabilidad, pero proveer no se limita a lo material. Además de lo material, debemos proveer amor, paz, seguridad, estabilidad familiar, liderazgo y crecimiento espiritual en nuestro entorno directo. Desafortunadamente muchos hombres solo se enfocan en lo material, usándolo como arma y no herramienta de trabajo, y olvidan el resto de las provisiones esenciales para crear un clima ideal para el crecimiento de nuestro campo de cultivo.
Algunas preguntas para nuestra reflexión:
- ¿Cuál es tu jardín?- El área bajo tu protección y responsabilidad. - ¿Qué estás haciendo para cultivarlo?
- ¿Qué estás haciendo para brindarle seguridad y paz?
Oremos por las tareas que Dios nos ha encomendado y las personas que El nos ha dado bajo nuestro cuidado.
El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. (1 Timoteo 5:8)
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