PROFECÍAS ACERCA DE JESUCRISTO

Antes de la primera Navidad, Dios estaba en las alturas y nosotros no podíamos alcanzarlo...Pero por su gran amor por nosotros, Dios nos alcanzó en la Tierra... Vino vestido de humildad, naciendo en un pesebre... Caminó por sendas polvorientas y estuvo dispuesto a cargar la cruz y a morir en ella... alcanzándonos en lo profundo de nuestras iniquidades... haciéndose disponible para todo aquel que le responda creyendo...

Dios nos alcanzó para darnos el mejor regalo de todos: ¡Él mismo! Y el mejor regalo que nosotros podemos darle es nosotros mismos...
Durante los agites propios de esta temporada, reconoce el regalo que Dios ya te ha dado cuando creíste en Su Hijo y lo recibiste en tu corazón como tu Salvador y Señor. ¡Celébralo a diario, maravíllate en Su generosidad y comparte Su esperanza con otros!
“Ciertamente de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo (Jesús el Mesías).” - Juan 1:16-17


De este versículo me queda resonando el siguiente fragmento: "la gracia y la verdad fueron hechas reales en Jesucristo (Jesús el Mesias)"...

¿Sabías que Jesucristo, nuestro Mesías, cumplió más de 300 profecías?

¡Tomémonos estos días previos al día de noche buena para dar un vistazo general -no exhaustivo- a algunas profecías que Jesús cumplió concernientes a su nacimiento!

Alrededor de 3000 años Antes de Cristo, Dios le había hecho una promesa a Abraham (en ese momento Abrán):

“Pero el Señor le había dicho a Abrán: «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una nación grande. Te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición... Abram partió y llegó a Canaán...Y el Señor se le apareció a Abrán, y le dijo: «A tu descendencia le daré esta tierra.» Y él edificó allí un altar al Señor, que se le había aparecido.” - Génesis 12:1-2, 7
 
¡Con el nacimiento de Cristo, esa promesa se cumplió!

“Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abrahán y a su simiente. No dice: «Y a las simientes», como si hablara de muchos, sino: «Y a tu simiente», como de uno, que es Cristo.” -
Gálatas 3:16

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