UNA OPINIÓN A LA LIGERA
Hace algunas semanas Houston fue prácticamente devastado por una inclemente tormenta que dejo tras de si pérdidas millonarias y desafortunadamente pérdida de vidas preciosas.
Una de las cosas que me ha marcado de esta experiencia, es la solidaridad demostrada por personas con las que en la vida cotidiana, quizás por su apariencia, pensaríamos dos veces antes de interactuar con ellas. Muchas de esas personas a las que me estoy refiriendo arriesgaron sus vidas para rescatar desconocidos sin ningún interés. Lamentablemente -y excusas podemos buscar muchas- sufrimos de un mal que nos va carcomiendo como es el de ser prejuiciosos. Nos formamos un concepto o juicio sobre alguna cosa de forma anticipada; tenemos una opinión acerca de una persona o situación a la ligera, o creamos un juicio sin antes tener ninguna experiencia directa o real. En general valoramos de forma positiva o negativa una situación o una persona sin tener suficientes elementos previos.
Es una actitud que observamos en todos los ámbitos y actividades de la sociedad, en cualquier grupo social y en cualquier grupo de edad, e implica una forma de pensar íntimamente relacionada con comportamientos o actitudes de discriminación. La antipatía suele basarse en información pasada y en la experiencia con un individuo en particular.
Por lo general a las personas que sufren algún tipo de prejuicio les es difícil avanzar y dejar avanzar a los demás. Este problema lo vivió Jesús cuando comenzó su ministerio.
"Felipe buscó a Natanael y le dijo: —Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas. —¡De Nazaret! —replicó Natanael—. ¿Acaso de allí puede salir algo bueno? —Ven a ver —le contestó Felipe. Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: —Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay falsedad. —¿De dónde me conoces? —le preguntó Natanael. —Antes de que Felipe te llamara, cuando aún estabas bajo la higuera, ya te había visto. —Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael" (Juan 1:45-49)
Cuando Jesús comenzó a reclutar a sus discípulos, encontró a Felipe y este a su vez quería compartir la buena noticia con Natanael. V 45 “Felipe buscó a Natanael y le dijo: —Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas.” Pero en Natanael sale a flote el rechazo producto de sus prejuicios. V 46 a “Natanael le dijo: —¡De Nazaret! —. ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?"
El testimonio de lo que se hace es lo mejor para derribar todo argumento producto de los prejuicios. V 46 b “Le dijo Felipe: Ven a ver.”
Una de las cosas que me ha marcado de esta experiencia, es la solidaridad demostrada por personas con las que en la vida cotidiana, quizás por su apariencia, pensaríamos dos veces antes de interactuar con ellas. Muchas de esas personas a las que me estoy refiriendo arriesgaron sus vidas para rescatar desconocidos sin ningún interés. Lamentablemente -y excusas podemos buscar muchas- sufrimos de un mal que nos va carcomiendo como es el de ser prejuiciosos. Nos formamos un concepto o juicio sobre alguna cosa de forma anticipada; tenemos una opinión acerca de una persona o situación a la ligera, o creamos un juicio sin antes tener ninguna experiencia directa o real. En general valoramos de forma positiva o negativa una situación o una persona sin tener suficientes elementos previos.
Es una actitud que observamos en todos los ámbitos y actividades de la sociedad, en cualquier grupo social y en cualquier grupo de edad, e implica una forma de pensar íntimamente relacionada con comportamientos o actitudes de discriminación. La antipatía suele basarse en información pasada y en la experiencia con un individuo en particular.
Por lo general a las personas que sufren algún tipo de prejuicio les es difícil avanzar y dejar avanzar a los demás. Este problema lo vivió Jesús cuando comenzó su ministerio.
"Felipe buscó a Natanael y le dijo: —Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas. —¡De Nazaret! —replicó Natanael—. ¿Acaso de allí puede salir algo bueno? —Ven a ver —le contestó Felipe. Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: —Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay falsedad. —¿De dónde me conoces? —le preguntó Natanael. —Antes de que Felipe te llamara, cuando aún estabas bajo la higuera, ya te había visto. —Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael" (Juan 1:45-49)
Cuando Jesús comenzó a reclutar a sus discípulos, encontró a Felipe y este a su vez quería compartir la buena noticia con Natanael. V 45 “Felipe buscó a Natanael y le dijo: —Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas.” Pero en Natanael sale a flote el rechazo producto de sus prejuicios. V 46 a “Natanael le dijo: —¡De Nazaret! —. ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?"
El testimonio de lo que se hace es lo mejor para derribar todo argumento producto de los prejuicios. V 46 b “Le dijo Felipe: Ven a ver.”
- No dejes que otros te limiten por lo que eras o de donde vienes, simplemente haz lo que tienes que hacer, hazlo bien y eso es lo que hablará de ti.
- No te dejes llevar solo por los comentarios, o por tu manera de ver las cosas o a los demás, permítete conocer a los demás antes de valorar de manera positiva o negativa.
Te sorprenderás de lo valiosos que pueden ser aquellos que has despreciado. V 49 “Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.”
Los prejuicios no solo son hacia los demás, hay muchas personas que tienen prejuicios con ellos mismos: antes de intentar algo siempre dicen no poder, cada vez que tienen que tomar alguna decisión primero miran todo lo negativo. Dios nos hizo a todos con la capacidad de hacer grandes cosas, nos dió dones y talentos, y sobre todo el llamado a servirle a EL. Dios se manifiesta a través de cualquier persona que el escoja. V 50 “Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.”
Los prejuicios no solo son hacia los demás, hay muchas personas que tienen prejuicios con ellos mismos: antes de intentar algo siempre dicen no poder, cada vez que tienen que tomar alguna decisión primero miran todo lo negativo. Dios nos hizo a todos con la capacidad de hacer grandes cosas, nos dió dones y talentos, y sobre todo el llamado a servirle a EL. Dios se manifiesta a través de cualquier persona que el escoja. V 50 “Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.”
No permitas que los prejuicios hacia los demás o hacia ti mismo
te estanquen y te impidan avanzar en el Reino de Dios.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta pagina.