UNA ORACION INTERCESORA

Es sumamente importante dar gracias a Dios por todo lo que ÉL nos da diariamente.
 
Algunas personas sienten que su vida es una rutina, pues les digo, ¡den gracias a Dios por eso!
En un segundo todo puede cambiarnos y tener una "vida rutinaria" puede ser una bendición de Dios. Lo vemos a diario en las noticias nacionales e internacionales, situaciones que se generan intempestivamente, desastres naturales, enfermedades, debacles económicas, y lo más reciente, el holocausto de cristianos (hombres, mujeres y niños) en manos de ISIS.
 
Quisiera preguntarles, y es una pregunta que ya me hice:
 
¿Cuándo fue la última vez que clamaron a Dios por algo que no fuera un problema personal?
 
A menudo estamos tan involucrados en nuestras vidas, que no somos capaces de ver las crisis que enfrentan otros. Estoy hablando de situaciones que no afectan nuestras familias directamente, situaciones como las antes mencionadas.- ¿Quizás sentimos que estos asuntos son demasiado grandes para que nuestra oración pueda tener alguna influencia?
 
Pues bien, no es así. El enemigo quiere justamente que pensemos que la mayoría de los problemas son demasiado grandes para nuestras oraciones. Pero tengo buenas noticias, la Biblia nos asegura que “... La oración del justo es poderosa y eficaz" (Santiago 5:16). Y el versículo 17 nos da un ejemplo grandioso: “Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos".
 
Recordemos que Dios Todopoderoso tiene el poder de sanar, dar paz y cambiar las circunstancias. Él permite que sus hijos tengan parte en esto por medio de la oración. Él nos dice que hablemos con Él de lo que sea:
 
"No se inquieten por nada;
más bien, en toda ocasión, con oración y ruego,
presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús".
(Filipenses 4:6-7)
 
La próxima vez que sepamos de una tragedia o un problema — independientemente de que eso afecte a extraños o a personas que no conozcamos — resistamos la tentación de distanciarnos de la situación. Estoy seguro que podemos tener un impacto en las vidas de otros cuando oremos a favor de ellos.
 
Por tanto, ¡que la noticia de una crisis se convierta en un motivo para orar, hermanos!
 
¡Nuestras batallas las ganamos de rodillas
y con los brazos extendidos al Señor!

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