SEÑOR LÍBRAME PORQUE EN TI HE CONFIADO


Salmos 7


"Señor, mi Dios, en ti confío; ¡ponme a salvo de los que me persiguen!
¡No permitas que, como leones, me desgarren; que me destrocen sin que nadie me defienda!
Señor, mi Dios, ¿Qué mal he cometido? ¿Acaso hay maldad en mis manos?
¿Acaso les he pagado mal a mis aliados dejando sin más en libertad a nuestros adversarios?
Si es así, ¡que el enemigo me persiga! ¡Que me alcance y me haga rodar por tierra! ¡Que ponga mi honor por los suelos!
Señor, ¡levántate, y en tu furor enfréntate a la furia de mis adversarios!
¡Despierta, y dicta tu sentencia en mi favor!
Rodeado entonces de todas las naciones, reinarás sobre ellas desde el alto cielo.
Tú, Señor, que juzgas a las naciones, júzgame como corresponde a tu justicia, y de acuerdo con mi integridad.
Pon fin a la maldad de los perversos, pero mantén firme al hombre honrado,
pues tú eres un Dios justo que examina el corazón y la mente.
Dios es mi escudo; él salva a los rectos de corazón. Dios es un juez justo, siempre enojado con la gente malvada.
Listos tiene el arco y la espada para actuar contra ellos, si no se arrepienten.
Listas tiene también armas mortales; ¡ya ha preparado ardientes saetas!
El malvado concibe hacer el mal; tan preñado está de maldad que de él nace la mentira.
Ha cavado un pozo muy profundo, y en ese mismo pozo caerá.
Su maldad se volverá contra él; sus agravios recaerán sobre él mismo.
¡Yo alabaré al Señor por su justicia! ¡Cantaré salmos al nombre del Dios altísimo!"

Así como lo hizo David, nosotros como hijos del Altísimo, debemos confiar ÉL. Independientemente de nuestras circunstancias, de las pruebas que estemos pasando, de nuestros enemigos, en todo momento debemos esperar en ÉL y evitar vivir angustiados por las cosas que pasan a nuestro alrededor. Tomemos conciencia que el único que nos puede librar o sacar adelante se llama Jesucristo.
 
Un punto importante a mencionar y que lo refleja David en este salmo es que debemos de reconocer nuestras faltas y confesarlas a Dios con un corazón arrepentido. De la misma manera debemos tomar conciencia que nuestras acciones tienen consecuencias en este mundo. No podemos quejarnos si actuamos mal y estamos sufriendo las consecuencias de nuestro mal proceder. Si es el caso, examinémonos detenidamente y arrepintámonos ante Dios de nuestras acciones, para que Dios nos pueda librar, restaurar y levantar.
 
La Escritura nos dice que todo lo que el hombre siembre eso cosechara. Este salmo nos lo afirma cuando nos dice que el malvado "ha cavado un pozo muy profundo, y en ese mismo pozo caerá". El salmista refuerza esta idea cuando se refiere al malvado y a sus acciones: “Su maldad se volverá contra él; sus agravios recaerán sobre él mismo” simplemente nos recuerda que todo lo que los malvados planeen hacer en nuestra contra al final se les revertirá. De la misma manera es una advertencia para nosotros, tengamos cuidado con lo que deseamos para otras personas.
 
No importa si otros se enfocan en perjudicarte, tú enfócate en buscar, adorar, glorificar con tu vida y exaltar a nuestro Señor. Dios es justo y te dará la victoria.
 
Vivamos una vida que agrade a Dios.
Él nos honrara delante de aquellos
que se han levantado en nuestra contra.

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