ORANDO POR PROTECCION


Salmos 5

"Escucha, Señor, mis palabras; toma en cuenta mis gemidos.
Mi rey y Dios, presta atención a mi clamor, porque a ti dirijo mi oración.


Oh, Señor, por la mañana escucharás mi voz; por la mañana me presentaré ante ti, y esperaré.
No eres un Dios que se complazca en la maldad; los malvados no pueden habitar contigo.
Los perversos no pueden presentarse ante ti, pues aborreces a todos los malhechores.
Tú, Señor, destruyes a los mentirosos, y rechazas a los asesinos y mentirosos. 


Yo, por el contrario, y por tu gran misericordia, puedo entrar en tu templo y alabarte reverente.
Guíame, Señor, en tu justicia, y por causa de mis adversarios endereza tu camino delante de mí.
Porque en sus labios no hay sinceridad; dentro de ellos no hay más que maldad.
Su garganta es como un sepulcro abierto, y su lengua sólo emite falsas alabanzas. 


¡Castígalos, Dios mío! ¡Que sus propios errores los hagan caer!
¡Recházalos, por sus muchos pecados, pues grande es su rebeldía contra ti!

Pero que se alegren todos los que en ti confían;
que griten siempre de júbilo, porque tú los defiendes;
que vivan felices los que aman tu nombre.

Tú, Señor, bendices al hombre justo; tu favor lo rodea, como un escudo."


Muchas pueden ser las inquietudes que nos afligen, muchos los adversarios que enfrentamos en esta jornada que se llama vida. Sin embargo tenemos un Dios que nos escucha, que es Todopoderoso y que nos ama. 
 
Si leemos con detenimiento este Salmo podemos darnos cuenta lo que David le promete a Dios:
  • "por la mañana escucharás mi voz” Esto debe ser un reflejo y parte integral en la vida del cristiano. Tal y como nos lo señala la Escritura en Efesios 6:18 “Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos. " 
  • por la mañana me presentaré ante ti” Iniciemos nuestra jornada diaria en conexión con nuestro Creador, presentémonos ante EL cada mañana, antes de entrar en nuestra jornada diaria y pongamos nuestro día en SUS manos.
  • "Y esperaré". Es sumamente importante el saber esperar después de la oración. Una cosa les puedo decir con seguridad, nuestro Dios escucha a sus hijos cuando pedimos conforme a Su voluntad. Siempre tendremos una respuesta: Si, No, Espera... Todo por nuestro bien.
Con humildad y con un corazón agradecido aceptemos su Gracia y misericordia en nuestras vidas. Recordemos que podemos entrar confiadamente en Su presencia pues Jesucristo nos abrió el camino.

" En él (Jesucristo), mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza
para acercarnos a Dios"
Efesios 3:12

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