UN CORDON DE TRES HILOS
El matrimonio no es un simple contrato; es un pacto sagrado. No es simplemente la búsqueda de amor, felicidad y satisfacción. Un matrimonio es un diseño de Dios. Es un pacto con Dios y ante Dios de unión entre un hombre y una mujer quienes acuerdan funcionar en unísono bajo la autoridad divina para replicar la imagen de Dios y expandir Su Reino a través de sus llamados personales y como pareja.
Quizá tengas que leer el párrafo anterior varias veces para captar toda su belleza. Vayamos por partes: el matrimonio ha sido diseñado por Dios para mostrar una realidad más elevada, con un propósito divino; es un pacto de un hombre y una mujer CON DIOS, para permanecer juntos y estar unidos, bajo las reglas de Dios, para reflejar la sublime relación de Cristo, la Iglesia y el Padre Celestial.
Un matrimonio bajo la cobertura de Dios no solo tiene pasión, mas importante aún tiene propósito. Pasión y felicidad son elementos muy importantes en el matrimonio, sin embargo, en lugar de ser el propósito del matrimonio, estos son beneficios de él. El matrimonio existe para glorificar a Dios. Cuando los miembros de una pareja buscan cumplir el propósito de Dios, entonces lo demás que valoran en la vida - como felicidad, amor, satisfacción- etc. viene por añadidura.
Inicialmente dirigiremos nuestra atención a los esposos. En anteriores entregas hemos descrito el rol del hombre del Reino. Ahora lo enfocaremos en la matemática del matrimonio cristiano.
“…Cristo es la cabeza de todo hombre,
y que el hombre es la cabeza de la mujer,
y que Dios es la cabeza de Cristo”
1 Corintios 11:3
En lugar de que tomes este versículo como una justificación para imponerte en tu hogar y sobre tu esposa, es importante que entiendas que tu esposa necesita saber que puede confiar en ti. Que estás dispuesto a tomar las decisiones más difíciles para el bien de la familia. Que tomarás un rol activo para mantener una relación romántica y a la vez serás un padre ejemplar para tus hijos.
En el diseño de Dios para el pacto matrimonial, un esposo es la fuerza que le da estabilidad a su esposa y le permite crecer y florecer.
Es difícil imaginar un llamado más grande para los esposos que el descrito aquí por el apóstol Pablo.
¡Un Hombre del Reino ama a su esposa como Cristo amó la iglesia!
“Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” Efesios 5:25
“…los esposos, amen a sus esposas, y no las traten con dureza. Colosenses 3:19
“ … los esposos, sean comprensivos con ellas en su vida matrimonial. Hónrenlas, pues como mujeres son más delicadas, y además, son coherederas con ustedes del don de la vida. Así las oraciones de ustedes no encontrarán ningún estorbo" 1 Pedro 3:7
“Sea bendita tu fuente, y regocíjate con la mujer de tu juventud,” Proverbios 5:18
Lo que seas capaz de hacer para ti, debes ser capaz de hacerlo por tu esposa. Debes tratarla con el mismo cuidado que tratas tu cuerpo. Siempre piensa en término de dos, nunca en término de uno.
"Así también los esposos deben amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo" Efesios 5:28
"Nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como lo hace Cristo con la iglesia" Efesios 5:29
Fíjate lo que dice la Palabra de Dios en relación con el impacto positivo en la vida de la mujer a quien delante de Dios juraste amar y proteger:
“En la intimidad de tu casa, tu esposa será como una vid con muchas uvas; alrededor de tu mesa tus hijos serán como retoños de olivo” Salmos 128:3
Una de las bendiciones más grandes que como hombres, líderes espirituales de nuestro hogar, podemos tener en la vida, es una relación feliz con nuestra esposa e hijos, una familia fuerte y bendecida.
Si amas a tu esposa de esta manera, ella no tendrá problema en aceptar sus responsabilidades dentro del matrimonio y someterse a tu liderazgo bajo la guía de Jesucristo.
“ Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Génesis 2:18
Dios creó a la mujer para amar, apoyar, y alentar. Sin embargo, Dios le ordena a la mujer a respetar a su esposo. Si tú quieres que tu esposo te demuestre amor, entonces, respétalo.
“…las casadas, honren a sus propios esposos, como honran al Señor" Efesios 5:22
"Así también ustedes, las esposas, respeten a sus esposos, a fin de que los que no creen a la palabra, puedan ser ganados más por la conducta de ustedes que por sus palabras, cuando ellos vean su conducta casta y respetuosa. Que la belleza de ustedes no dependa de lo externo, es decir, de peinados ostentosos, adornos de oro o vestidos lujosos, sino de lo interno, del corazón, de la belleza incorruptible de un espíritu cariñoso y sereno, pues este tipo de belleza es muy valorada por Dios. Porque así era la belleza de aquellas santas mujeres que en los tiempos antiguos esperaban en Dios y mostraban respeto por sus esposos. Por ejemplo, Sara obedecía a Abrahán y lo llamaba señor. Y ustedes son sus hijas, si hacen el bien y viven libres de temor" 1 Pedro 3:1-6
“…las esposas, respeten a sus esposos, como conviene en el Señor" Colosenses 3:18
Esposa, si ves tu rol solo como cocinar, limpiar, atender a tu esposo e hijos… te digo que has fallado en tu rol. Todas estas actividades, por supuesto, son necesarias, sin embargo, como esposa, tienes un llamado mucho mas importante y es el de descubrir con tu esposo como Dios quiere que los dos usen sus habilidades, talentos, tiempo y recursos para avanzar Su Reino en esta tierra. Eva fue creada para mucho más que ser una mujer de servicio.
De acuerdo con la definición contextual de “ayuda idónea para el” ella fue creada para ser un soporte como contraparte en el matrimonio. Esto no quiere decir que el único propósito de la mujer en el matrimonio es ayudar al esposo, esto lo puedes ver si revisas Proverbios 31.
El gran poder de una esposa del Reino no puede ser minimizado. Muchos hombres han llegado a hacer grandes cosas, mucho mayores de los que ellos hubieran imaginado simplemente porque tenían esposas que creyeron en ellos. Tenían esposas que los desviaron de aquello que los distraía y los enfocaron hacia lo mas provechoso para Dios y Su Reino. Tenían esposas que pasaron mucho tiempo en el silencio de un cuarto, orando por sus esposos cuando todo parecía perdido.
Y llegamos al tema que nadie quiere discutir, la sumisión. Muchos matrimonios han sido destruidos debido al mal entendimiento y mala interpretación de este concepto. Muchas mujeres morirían antes que imaginarse vivir sus vidas encadenadas a una cocina y dócilmente aceptar las decisiones de sus esposos. Esta NO es la visión bíblica de la sumisión, que por cierto, no tienen nada que ver con pasividad, la hermana perversa de la sumisión, por describirla de algún modo. Sumisión se relaciona con un orden jerárquico que será activado solo cuando es necesario. Cuando un matrimonio llega a una compresión profunda, ambos operan y se mueven en unísono, bajo una misma visión y hacia una meta acordada. Sin embargo, cuando hay diferencias, uno toma la decisión y el otro sigue y apoya. El otro se somete. Jesús, siendo igual al Padre, eligió someterse. La palabra clave aquí es “eligió”. ¡Él no fue forzado! Sumisión que es forzada no es sumisión, de igual forma la sumisión de la esposa a su esposo ¡NO es absoluta! El principal compromiso de ella es con Dios.
El problema que existe actualmente es que hay muchas mujeres menospreciadas y no valoradas en su contribución para el hogar. Cuando esto se manifiesta en la relación matrimonial, la sumisión se convierte en rendición:
Rendirse al status quo,
Rendirse a la falta de reconocimiento y valoración,
Rendirse a la falta de propósito y pasión en su vida,
PASIVIDAD...
Sin embargo, cuando una esposa aprende y elige como someterse y lo hace bíblicamente, esto abrirá la puerta para que Dios opere por ella en la vida de su esposo. Mujer, es crucial entender que la Biblia dice que te sometas a tu esposo. SI, pero también dice como al Señor. Solo si es correcto ante el Señor. Y si lo que te está pidiendo tu esposo no es correcto… “NO LO HAGAS.”
Dios nunca te pide que violes lo que la Biblia enseña en el nombre de la sumisión, ni te pide que te dejes ofender verbalmente, golpear como si fueras un trapo, ni que te expongas a ninguna otra situación en que puedas ser maltratada.
Avanzar en su destino como esposos es un esfuerzo conjunto si quieren avanzar individual y colectivamente. Desafortunadamente se ha distorsionado el rol del hombre y la mujer en el matrimonio.
Cerramos con un mensaje para ambos. Tu matrimonio no es acerca de ti, ni acerca de ella. Es acerca de ambos y más importante aún es un reflejo del evangelio de Dios. (Efesios 5:32). Cuando amas a tu esposa de esta manera y ella está dispuesta a someterse a tu liderazgo, tu matrimonio se convierte en una ilustración viviente del evangelio.
"Cultiven entre ustedes la mutua sumisión, en el temor de Dios".
Efesios 5:21-24
"Todos ustedes deben honrar su matrimonio, y ser fieles a sus cónyuges; pero a los libertinos y a los adúlteros los juzgará Dios" Hebreos 13:4 4
"La casa se edifica con sabiduría y se afirma con inteligencia" Proverbios 24:3
"Uno solo puede ser vencido, pero dos presentan resistencia. El cordón de tres hilos no se rompe fácilmente." Eclesiastés 4:12
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