TÚ TIENES FE Y YO TENGO OBRAS
Seguramente alguna vez has escuchado o incluso discutido acerca de la fe y las obras. Es muy común concebir este asunto como una dicotomía en la cual algunos piensan que las obras nos salvan y otros que sólo la fe salva.
El primer escenario está enfocado en nuestro propio esfuerzo, nuestros méritos y es realmente agotador y egocéntrico pues, en lugar de enfocarnos en la OBRA Redentora de Cristo en la cruz y en SU gracia, ponemos nuestra confianza en nuestras propias obras de salvación.
El segundo escenario está enfocado en aceptar como cierto un conocimiento teológico, por lo que favorece caer en una falsa expectativa y seguridad, una excesiva tranquilidad que nos puede llevar a pensar que tenemos una licencia para hacer lo que se nos antoje, simplemente porque "creemos y eso es suficiente".
Esta aparente dicotomía de la fe y las obras no es nueva, ni mucho menos exclusiva a nuestros tiempos. De hecho, los apóstoles tuvieron que lidiar con ella en la iglesia primitiva, conformada por Judíos convertidos que aspiraban que sus reglas siguieran cumpliéndose y gentiles convertidos que antes estaban sin Dios y sin esperanza y querían seguir viviendo como lo habían hecho hasta el momento.
Cuando tocamos el tema de la fe y las obras para la salvación, algunos inmediatamente se apoyan en Santiago para sustentar que son las obras las que salvan y no la fe.
Generalmente citan a Santiago 2:14,18:
- “Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar?” Santiago 2:14
- “Pero alguien podría decir: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.»” Santiago 2:18
Wow, listo...¡Es por obras el asunto!...¿Seguro?...Veamos,
Si revisamos con mas profundidad las Escrituras, nos encontraremos con las cartas del apóstol Pablo donde trata el mismo tema:
- “Entonces, ¿dónde está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley (es decir, las obras)? No, sino por el de la fe. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el hombre es justificado por la fe, y no por las obras que la ley exige,” Romanos 3:27-28
- “Sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la ley sino por la fe de Jesucristo, y también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será justificado.” Gálatas 2:16
Y el apóstol concluye diciendo:
- “No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley (obras), Cristo habría muerto en vano.” Gálatas 2:21
¿Entonces?... ¿Cómo es la cosa?... ¿Será que los ateos han estado en lo correcto, y la Biblia tiene contradicciones? ...Veamos:
Tomando como fundamento que la Biblia está inspirada por Dios (2da Timoteo 3:16) sabemos que su contenido es verdadero, coherente y no se contradice a sí mismo. La Biblia es La Palabra de Dios.
Vamos entonces a dilucidar esta aparente contradicción entre los mensajes de Santiago y Pablo:
El apóstol Pablo trata la tergiversación y superficialidad que le dieron a su mensaje de salvación por gracia mediante la fe en sus cartas a los Romanos y a los Gálatas:
- (Pablo dice) “¿Y por qué no decir: «Hagamos males para que vengan bienes»? Así nos calumnian algunos que afirman que eso es lo que enseñamos. ¡Estas personas se tienen bien merecida la condenación!” Romanos 3:8
- “Entonces, ¿qué diremos? ¿Seguiremos pecando, para que la gracia abunde?” Romanos 6:1
- “Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo.” Gálatas 1:6-7
Por su lado, el apóstol Santiago expresa lo siguiente:
- “Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar?” Santiago 2:14
Aquí Santiago está definiendo el enfoque de su mensaje. En otras palabras, está preparando el camino para mostrarnos lo que significa y se traduce como una fe real por consiguiente salvadora. Más adelante lo ilustra con un ejemplo (versículos 15-16).
Luego concluye, definiendo lo que es una fe muerta:
- “Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta.” Santiago 2:17
El mensaje de Santiago está dirigido a corregir la falsa enseñanza de que somos justificados solo por "esa fe", por lo tanto no hace falta ser una persona amorosa para ir al cielo. En otras palabras, Santiago nos dice la fe sin frutos (obras) es simplemente vacía, inútil y no es una fe salvadora.
(¡Ya comienza a disiparse la aparente dicotomía o contradicción que presentamos al principio!)
En el mismo pasaje vemos la referencia que hace Santiago al tipo de fe que salvó a Abraham:
- “¿No ves que la fe de Abrahám actuó juntamente con sus obras, y que su fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: «Abrahám creyó a Dios, y eso le fue contado por justicia», por lo que fue llamado «amigo de Dios».” Santiago 2:22-23
Como lo muestra la Palabra de Dios, "creyó" y "eso le fue contado". No fueron las obras de Abraham las que contaron por justicia sino su fe. Una fe real, genuina y verdadera que fue probada por Dios:
- “Después de esto, sucedió que Dios puso a prueba a Abrahám, y lo llamó: «¡Abrahám!» Y él respondió: «¡Aquí estoy!»” Génesis 22:1 (sacrificio de Isaac)
Santiago se enfoca en la prueba de Abrahám para mostrarnos lo que significa una fe genuina y salvadora: una relación personal con Dios, la cual produce arrepentimiento, sumisión y un cambio de actitud que nos impulsa a caminar y generar frutos (obras) que comprueban que es una fe genuina... es decir, mas que una respuesta intelectual de aceptación a información, es nuestra respuesta a Dios personalmente.
Cuando Santiago afirma “justificación por obras”, quiere decir que las obras son absolutamente necesarias en la vida de un cristiano, para confirmar y probar una fe genuina y salvadora.
La preocupación del apóstol Santiago tiene que ver con una fe falsa que no produce frutos. Esta fe no puede justificar ni salvar a nadie. ¿Acaso esa fe puede salvar?” Santiago 2:14
¿Es tu fe como la de Abrahám,
que produce “obediencia al generador de esa fe”
o
una fe muerta que no causa efecto alguno en tu vida?
Ambos apóstoles estaban hablando de lo mismo, tratando diferente audiencia. No hay contradicción alguna en sus escritos.
Cuando Pablo enseña en Romanos 4 que somos justificados sólo por fe, quiere decir que lo único que nos une a Cristo por justicia es nuestra dependencia en Cristo.
- “Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor, sino como una deuda. Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia. David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras:” Romanos 4:4-6
Cuando el apóstol nos dice en Santiago 2:24 que no somos justificados sólo por fe él se refiere a que la fe que justifica no permanece sola. Estas dos posiciones no son contradictorias.
Sólo la fe nos une a Cristo por justicia,
y la fe (fe salvadora) que nos une a Cristo no permanece sola,
ella da frutos (obras),
debe hacerlo así o es una fe muerta que no salva.
- “Porque en Cristo Jesús nada valen la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.” Gálatas 5:6
- “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Efesios 2:8-9
- Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10
El propio Jesucristo nos los reafirma:
- “Entonces le dijeron: «¿Y qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?» Jesús les respondió: «Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado." Juan 6:28-29
Muchos conocemos el siguiente pasaje bíblico y algunos lo recitan de memoria. De vez en cuando deberíamos volver a el y meditarlo profundamente. Esto nos daría un nuevo sentido a nuestra existencia en este lado del cielo:
- “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16
Jesucristo no nos dijo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo,ha dado a su Hijo unigénito para todo aquel que, vaya a la iglesia, haga donaciones, haga obras de caridad, cumpla con ritos de hombres, (puedes incluir más) no se pierda, sino que tenga vida eterna"
Es la fe (en la obra de Jesús) la que nos da nuestra buena posición ante Dios. El amor que viene de ella (nuestras obras) , sólo muestra que la misma es, de hecho, una fe salvadora, real, y viva. Esta es nuestra respuesta a Dios.
Somos salvos por Su infinita gracia y misericordia. Dios nos ama tanto que aún siendo pecadores envió a su único hijo para vivir una vida que ninguno de nosotros puede vivir y morir en el lugar en que todos merecemos morir.
Nuestra salvación es gratis para nosotros, pero tuvo un costo altísimo para Dios:
¡TODA LA SANGRE DE SU HIJO!
¡No lo olvidemos jamás!
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