QUÉ HARÁS CON UNA OFERTA COMO ESTA?
Vimos en nuestra pasada entrega que nuestro Dios no sólo tuvo paciencia con Jonás, no sólo lo restableció como profeta, sino que también lo usó y le dio tanto poder al mensaje que transmitió que condujo uno de los más grandes avivamientos descritos en la Biblia, salvando a todo un pueblo que estaba bajo la ira de Dios. Qué alegría y que satisfacción para este profeta, ¿No?
Pues déjenme decirles que Jonás estaba muy molesto por este resultado:
"Pero esto desagradó a Jonás en gran manera, y se enojó". Jonás 4:1
Como habíamos notado inicialmente, este profeta tenía un problema de actitud. La verdad no predicó con la actitud de corazón correcta y estaba furioso porque Dios había sido misericordioso con el pueblo de Nínive. Aun cuando Jonás había entendido quién es el soberano, todavía tenía un problema de actitud, y ese es el mismo problema que muchos de nosotros aún tenemos. Jonás se alegró mucho cuando el Señor envió el pez para salvarlo, sin embargo los ninivitas, según su forma de ver las cosas, no podían recibir la misma gracia que él recibió. Esto es algo digno de reflexión pues es muy común el pensar que yo, a pesar de mis errores y mi rebeldía, merezco toda la gracia y misericordia de Dios, sin embargo aquellos quienes me han hecho mal, quienes son mis enemigos, deben ser juzgados con toda severidad.
Pienso que aprenderemos mucho de la lección que Dios le dio al profeta Jonás con respecto a esta actitud que hemos descrito. Veamos cómo Dios utilizó la naturaleza para instruir a Jonás:
"Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo la sombra de él, hasta ver qué sucedería en la ciudad. Y el Señor Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta. Jonás 4:5-6
Nuevamente nuestro Dios demuestra su paciencia y misericordia con este profeta terco y necio. Con este gesto el Señor le dijo al profeta: Jonás, hace un poco de calor en donde estás, te daré un planta para cubrirte y que te dé un poco de sombra. Si nos detenemos un poco en esta parte del pasaje podremos enumerar aquellos que han obedecido al Señor a lo largo de esta historia: El viento, el mar, los marineros, el pez, los ninivitas y ahora las plantas.
"Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y ésta se secó" Jonás 4:7
¡Así de rápido Jonás se quedó sin sombra!, ¡y las cosas se le complican aún mas!
"Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: “Mejor me es la muerte que la vida.” Jonás 4:8
Verdaderamente el libro de Jonás es más que esa historia, es en realidad un libro que describe al Dios Todopoderoso. Es un libro que muestra a Dios tocando la naturaleza y esta obedeciéndolo, tocando a todo un pueblo y este obedeciéndolo. Es reconfortante saber que servimos, seguimos y adoramos a un Dios que al ponernos de rodillas nos escucha, y puede actuar tanto en las cosas más complicadas para nosotros como en las más simples. Nuestro Señor actúa tanto para mover el viento como hasta ordenar a un gusano.
Por otro lado, el libro de Jonás también nos enseña lo tonto y peligroso que es creer que podemos huir de Dios. Así como Jonás lo reconoció, nosotros debemos darnos cuenta de que no hay forma de que podamos huir de ÉL. Por cierto, lo que algunos llaman autosuficiencia, hacerlo a nuestra manera, o ser nuestros propios jefes, no es más que la gracia de Dios que nos permite tener un poco de cuerda hasta que 'nos tragan' y descubrimos que Dios es nuestro salvador y el soberano de nuestras vidas. Así como Jonás, debemos entender que Dios solo necesita un gusano y un poco de viento caliente para mostrarnos quien es ÉL y quienes somos nosotros.
"y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir"
Jonás 4:8
Vemos a Jonás enojado y abatido por la pérdida de una planta, mientras que deseaba que una ciudad llena de personas fuera exterminada. Necesitaba aprender algo y Dios no espera mucho para enseñarlo:
"Entonces Dios le preguntó a Jonás: “¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?” “Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte,” le respondió. Entonces el Señor le dijo: “Tú te apiadaste de la planta por la que no trabajaste ni hiciste crecer, que nació en una noche y en una noche pereció, ¿y no he de apiadarme Yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de 120,000 personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda, y también muchos animales?” Jonás 4:9-11
Este pasaje bíblico finaliza aquí y a decir verdad quedan muchas preguntas en el aire acerca de ¿Qué pasaría con Jonás? , ¿Le dio la razón a Dios? , ¿Murió? ... Quizás este pasaje termina aquí pues la pregunta que le hizo Dios a Jonás es también para nosotros y está aún vigente:
¿Qué vas a hacer con mi gracia?
Jonás tuvo que decidir eso para sí mismo y luego para los habitantes de Nínive. Él decidió aceptar la gracia y regresar, pero no pudo extenderles la misma gracia a los ninivitas. Lo importante de esta historia no es que fue lo que paso con Jonás sino lo que nosotros haremos con la gracia que Dios nos ha dado.
Si estas en rebeldía y viajando en dirección opuesta a la voluntad de Dios,
¿Saltarás del bote y regresarás?
¿Qué harás si conoces de alguien que no esté en la voluntad de Dios?
¿Le pedirás a Dios que lo extermine, ó buscarás tratar de alcanzarlo para que regrese a Dios como tú lo hiciste?
Recordemos que no merecemos SU Gracia. La historia de Jonás termina en el Nuevo Testamento, cuando el mismo Jesús nos dice:
"porque como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
Mateo 12:40
Jesús decía y aun nos dice que si el pueblo de Nínive se había arrepentido por la predicación de Jonás, ellos no tenían y nosotros tampoco tenemos excusa para no hacerlo puesto que ÉL es más grande que cualquiera, SU nombre está por encima de todo nombre. En otras palabras, no tenemos ninguna excusa para huir de Dios cuando Él envió a Su hijo para salvarnos.
Así que si estas navegando en dirección opuesta a la voluntad de Dios, si piensas que estas "huyendo de Dios" y que eres el dueño de tu vida, quiero decirte dos cosas: la primera es que si estas en rebeldía en contra de Dios, nada más funcionará en tu vida cristiana y la segunda es que Dios te ofrece una segunda oportunidad, tal y como lo hizo con Jonás. Él es el Dios de múltiples oportunidades, es misericordioso y Su gracia te alcanzará donde quieras que estés.
Sólo necesitas actuar y dar el paso. Entonces...
¿QUÉ HARÁS CON UNA OFERTA COMO ESTA?
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