ENTRANDO EN LA PRESENCIA DE DIOS
Muchos tienen la idea de que la oración es un asunto puntual, algo que se hace en momentos de dificultades, angustias, enfermedades, etc.
Otros tienen la impresión de que se ora solo en ciertos lugares, siguiendo ritos específicos, con parámetros preestablecidos y repetitivos... La verdad es que la oración debe ser constante en nuestras vidas. La oración es la más maravillosa oportunidad de estar en la presencia de Dios, de alabarlo, de adorarlo y de compartir con El nuestras alegrías, triunfos, bendiciones, problemas, necesidades, y, mas importante aún, es la oportunidad de acercarnos más a ÉL. A través de la oración podemos conocer a Dios en una forma íntima y personal.
¿Y cómo se ora?
La oración es entrar en la presencia de Dios...y tener el privilegio de responder a Él con adoración...y poder hablarle y abrirle nuestro corazón a Dios,...¡y escucharlo!. No es necesario una gran educación para orar. La oración no consiste en palabras grandes y elocuentes, sino de la sincera comunicación con Dios de nuestros pensamientos y sentimientos. La oración es el clamor del corazón del hombre al Señor. Es como un hijo que habla a su padre, o como un siervo haciéndole una petición a su amo.
Otros tienen la impresión de que se ora solo en ciertos lugares, siguiendo ritos específicos, con parámetros preestablecidos y repetitivos... La verdad es que la oración debe ser constante en nuestras vidas. La oración es la más maravillosa oportunidad de estar en la presencia de Dios, de alabarlo, de adorarlo y de compartir con El nuestras alegrías, triunfos, bendiciones, problemas, necesidades, y, mas importante aún, es la oportunidad de acercarnos más a ÉL. A través de la oración podemos conocer a Dios en una forma íntima y personal.
¿Y cómo se ora?
La oración es entrar en la presencia de Dios...y tener el privilegio de responder a Él con adoración...y poder hablarle y abrirle nuestro corazón a Dios,...¡y escucharlo!. No es necesario una gran educación para orar. La oración no consiste en palabras grandes y elocuentes, sino de la sincera comunicación con Dios de nuestros pensamientos y sentimientos. La oración es el clamor del corazón del hombre al Señor. Es como un hijo que habla a su padre, o como un siervo haciéndole una petición a su amo.
Jeremías 33:3 declara:
"Clama a mi, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".
¿Y a quién oramos?
Los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara cómo orar. Cristo presentó el modelo de la oración con las palabras, "Padre nuestro que estás en los cielos" (Mateo 6:9).
La oración deberá dirigirse a Dios el Padre.
Debemos hacer nuestras oraciones directamente al Padre reconociendo que recibimos esta oportunidad solamente por los méritos de Jesucristo (Juan 16:23), y con la ayuda del Espíritu Santo (Romanos 8:26)
¿Y cuántas veces debemos orar?
La Biblia no nos da una regla a seguir en relación al número de veces que debemos orar. Sin embargo, debemos orar en todo momento y dondequiera, para alabar a Dios, cuando recibamos una bendición, en momentos de dolor, angustia, temor, necesidad, etc. Puede ser de día o de noche, no importa la hora o el sitio. Muchos cristianos han encontrado que es bueno dedicar un tiempo especial a la oración cada día.
David dijo: "De mañana oirás mi voz" (Salmo 5:3).
- Jesús nos enseñó la importancia de la oración por su propio ejemplo (Lucas 6:12).
- Los discípulos tuvieron vidas de mucha oración (Hechos 3:1).
- La Escritura nos dice: "Oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación" (1Tesalonicenses 5:17).
Solo unas preguntas para reflexión personal:
- ¿Dedica algún tiempo diariamente a la oración?
- ¿Alaba a Dios diariamente?
- ¿Da gracias a Dios por sus bendiciones?
- ¿Pide a Dios que supla sus necesidades?
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