SEÑOR, FORTALÉCEME EN LA ADVERSIDAD
De vez en cuando todos enfrentaremos adversidades, desalientos, o decepciones. En este camino que se llama vida sufriremos cambios drásticos y pérdidas que en ocasiones hasta pueden dejarnos sin aliento. Cuando estamos en medio de esas tormentas, cuando nos sentimos caídos y desesperanzados, nuestro Padre Celestial está listo para levantarnos y protegernos.
El Salmo 147:3 nos afirma que, “El Señor reanima a los descorazonados, y sana sus heridas”.
No sé qué situación estás viviendo ahora, ni qué tipo de tormenta te está azotando, lo que quiero expresarte y recordarte (me) es que cuando estemos allí, aturdidos, desanimados, desorientados o caídos, antes de hacer cualquier cosa, busquemos al Todopoderoso. Te aseguro que te infundirá nuevos ánimos, derramará sobre ti esa paz que es incompresible y sobrepasa todo entendimiento y en SU tiempo y según SU plan, ÉL te sanará.
¿Estas abatido?, busca al Señor, ÉL reestablecerá tus fuerzas y no te soltará de Su mano.
¿Estás angustiado?, lleva tus angustias al trono de Gracia de nuestro amado Padre Celestial. ÉL te brindará Su paz.
¿Tu mundo se está deshaciendo entre tus pies?, busca la protección del único que es inamovible e inalterable.
El mismo Dios que creó el universo te protegerá si se lo pides… entonces búscalo con un corazón humilde, y llévale a ÉL todas tus cargas.
Así como lo dijo el Apóstol Pablo,
“Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia.
He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Filipenses 4:12-13
Adelante, ¡No desmayes!
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