¿ESTÁS CONTEMPLANDO LA IDEA DE CASARTE?


Comenzar una familia es una de las decisiones más trascendentales (si no la más) de nuestras vidas. Este proceso, que debiera llegar después de un profundo análisis y meditación, desafortunadamente no se inicia comúnmente con la seriedad debida.

Los dos principales componentes de la familia son el matrimonio y el ser padres. Matrimonios disfuncionales generalmente llevan a padres disfuncionales, y por ‘padres’ me refiero a papá y mamá. Aún cuando buenos matrimonios no necesariamente llevan a buenos resultados en el proceso de ser padres, generan una sólida  base para iniciarse en la dirección correcta.

El matrimonio es un pacto muy serio entre el esposo, la esposa y Dios que debiera establecerse solo cuando los futuros cónyuges comprenden su profundo significado y propósito. De acuerdo con el diseño de Dios, el matrimonio no es simplemente una via para encontrar el amor y la felicidad. Es un pacto divino con el Creador. Aquí quisiera detenerme un poco para indicar que un pacto es mucho más que un contrato. En términos del matrimonio, uno de los componentes claves que se ha perdido en esta sociedad de matrimonios de fachada y de rápidos divorcios, es la seriedad de este pacto divino.

Generalmente, cuando se habla de matrimonio, toda la atención y la planeación se enfoca en la fiesta, el vestido, los invitados, el fotógrafo, la luna de miel, etc....y nos olvidamos de lo esencial, entramos en un Pacto divino, en una unión diseñada por Dios, para honrarlo a través de ella… ¿Tu tienes esa visión del matrimonio?, ¿Tu pareja tiene tu misma visión de esta unión?... si no es así…  Aún estás a tiempo para considerar dar ese paso tan importante en tu vida.

Podemos ver en el libro de Malaquías que cuando tratamos con ligereza el pacto del matrimonio y lo rompemos (incumpliendo nuestro rol dentro del matrimonio), igualmente rompemos nuestra relación con Dios. En los días de Malaquías, el pueblo de Judá buscaba la ayuda de Dios y ofrecían sacrificios, sin embargo el profeta Malaquías dijo que el silencio de Dios era el resultado del ligero tratamiento que le daban al matrimonio.

“Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado. Y todavía preguntan por qué. Pues porque el Señor actúa como testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto.”
Malaquías 2:13-14

Son muy pocos los problemas que existen en nuestra sociedad de hoy que no puedan ser conectados con el hogar de donde venimos. Esto no quiere decir que cosas malas puedan pasar aún cuando nuestra familia está en orden, sin embargo pienso que podemos suprimir una gran cantidad de crímenes, pobreza, transgresiones sexuales, y muchas otras enfermedades sociales si la familia funcionara de la forma como Dios lo dispuso.


Cuando nos acerquemos al matrimonio y lo veamos como lo que realmente es, un pacto con nuestro Creador, cuando nos demos cuenta de que es una decisión que impactará no solo el resto de nuestras vidas sino también la de nuestros hijos, estaremos dando nuestros primeros pasos firmes en la búsqueda de nuestra pareja de vida y sentaremos bases para un hogar que realmente glorifique a Dios.

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